Las tendencias vienen y van, especialmente en las zonas de una vivienda que más uso tienen, como es el caso del cuarto de baño. Los usos cambian, así cómo los hábitos de las personas y esto se traduce en transformaciones de los espacios que habitamos. Las duchas de obra son un buen ejemplo de esto: una tendencia prácticamente inexistente hace unos años que poco a poco se está convirtiendo en lo más demandado en cuanto a diseño de baños.
¿Qué te ofrecen las duchas de obra?
Las duchas de obra ofrecen varias ventajas, entre las que destaca, como suele suceder con este tipo de tendencias, la comodidad. Este nuevo tipo de duchas consisten en la desaparición del tradicional plato de ducha como lo conocemos (incluyendo su cerramiento); no presentan ningún obstáculo como escalones o bordillos con los que tropezar o golpearse al entrar o salir de la ducha, siendo especialmente útil para personas mayores o con discapacidad. Además, resultan mucho más fáciles de limpiar, al no poseer mamparas abatibles con pequeños rincones y piezas donde se acumule la suciedad. Y, por supuesto, su diseño presenta una continuidad visual que resulta muy atractiva para un cuarto de baño moderno.
Aspectos a tener en cuenta con las duchas de obra
La primera advertencia resulta obvia, aunque por eso mismo ningún profesional la pasaría por alto a la hora de instalar una ducha de obra o plato de ducha de obra: Requieren de un adecuado sistema de aislamiento e impermeabilización del área de ducha (el microcemento es muy útil en particular). De esta forma evitaremos futuros problemas de humedad o filtraciones.
Por otra parte, y aunque no resulta indispensable, es recomendable contar con algún tipo de mampara que evite salpicaduras por el resto del baño, más que nada es una cuestión de limpieza que se suele solucionar con una mampara de cristal o también de obra, en cuyo caso es muy común el uso de pavés para conservar la iluminación. También es importante asegurarnos que el revestimiento utilizado para la superficie de la ducha sea antideslizante para evitar caídas y resbalones.
En cuanto a las opciones disponibles, existen varias dependiendo de si queremos también el plato de ducha de obra o el tipo de desagüe. A continuación vemos varias:
Suelo contínuo:
Quizá la opción más elegante. Aquí se elimina prácticamente la distinción entre el área de la ducha y el resto del baño, salvo, en algunos casos, una mampara de cristal que la delimita. Pueden emplear desagües en línea o redondos.
Kits de una pieza:
Se trata de una pieza especial que incluye el desagüe y una superficie antideslizante que se instala en el área de ducha. Pueden emplear todo tipo de desagües, incluyendo desagües en la pared que evitan que los pisemos durante la ducha.
Plato de ducha de obra:
El plato de ducha queda delimitado formando parte de la propia obra del suelo, mediante un pequeño resalto o cuenca, o bien una variación en los materiales que componen el suelo.
Como ves, esta tendencia surge de la comodidad, pero crece debido a su versatilidad y la cantidad de acabados que la hacen posible en cualquier tipo de baño ¿Por qué no en el tuyo?
Articulo procedente de: Plan Reforma
Comentarios